jueves, 12 de julio de 2012

viaje

A veces no sabes que has iniciado un viaje hasta que estás en medio del mismo. Sabías que tenías que ir sola, aunque no era un tenía, era un quería inconsciente. Este viaje es mío. Y tenía miedo de hacerlo, ahora lo siento. Me impide respirar, me atenaza la garganta.
Respiro hondo, me centro en mi misma.
Tranquila, todo está bien.
¿Qué sentirán las orugas cuando se están convirtiendo en mariposa?
¿Sentirán este miedo a lo desconocido? ¿Creerán que se están muriendo? Es posible. Quizás el dolor está unido al crecimiento, a la transformación. Un dolor positivo.
Requiere esfuerzo, determinación, visión de futuro y fe.
Prefiero saltar al vacío que sentirme como me siento ahora. Esta transformación no la he empezado ahora, aunque crea que sí. Llevo ya un tiempo en ella. Quiero desprenderme de esta envoltura que me aprisiona. Y al mismo tiempo me aferro a ella. Ya la conozco, me ha llegado a gustar, me da pena dejarla. En otro tiempo me quedaba bien, o eso creía, conseguí adaptarme a ella.
Ahora es algo pegajoso que ha perdido su brillo y entre cuyos pliegues me enredo y me pierdo. Sé que el momento ha llegado. Ya tengo el valor suficiente.
Me subo a la roca, miro al abismo, respiro hondo y me echo a volar.

martes, 13 de marzo de 2012

Semillas


Sigo plantando semillas,
semillas de esperanza, de valor, de fe, de ilusión,
de crear lazos, de mantener los que ya tengo,
de buscar en mi interior y de comunicarme con el exterior,
de bienestar, de alegría, de serenidad,
de confianza, de felicidad,
de amor.