miércoles, 30 de diciembre de 2009

dejar partir

Hay una parte de mí que se desangra, muere.
Tengo ganas de llorar.
Siento que se me parte el corazón en trocitos, muy finos y afilados.
Esos trocitos van a salir.
Sabía que costaría. Mi cuerpo se rebela.
Es como si alguien estuviera comiéndose una naranja. La pela lentamente, hundiendo el cuchillo, le quita la piel y el aroma se expande. Ahora va separando la naranja gajo a gajo y se la come. Ni la saborea, es como una rutina. Sólo comer una naranja mientras se hace otra cosa. No sabe que es una naranja especial, jugosa, que ha estado creciendo lentamente en un árbol al sol, luchando por sobrevivir, rodeada de otras naranjas.
Ahora está sola. El cuchillo se hunde y le arranca otro gajo.
Será que el corazón no es rojo, mi sangre se ha convertido en diminutas gotas naranjas.
Hay que dejar pasar, hay que dejar ir: una frase que te ha herido, comentarios malintencionados, sentimientos de frustración, de rabia, de culpa, de decepción, de sentir que te ignoran,amores no correspondidos, amores perdidos, soledad, promesas que no se cumplieron, miedos, impotencia, desilusiones, amistades que se comportan de forma diferente a lo que esperabas, deseos no cumplidos, llanto, dolor, incomprensión, cansancio infinito.
Hay cosas que no puedo cambiar. Las personas no cambian porque uno quiera, sino cuando ellas lo deciden. Y aún así, es difícil.
Con qué facilidad nos desprendemos de algunos recuerdos y qué difícil hacemos la partida de otros. Soy la naranja y el cuchillo. Recupero el control. Con cada gajo dejo ir esos recuerdos. Es un desgarro profundo que duele. Así que soporto el dolor, sé que pasará.
Todo pasa. Es lo mejor que puedo hacer por mi. Soy valiente y puedo hacerlo. Miro el hueco que se ha quedado y lo expongo al sol, a la risa, a la música, a la alegría, a la esperanza.


domingo, 20 de diciembre de 2009

FELIZ NAVIDAD

Es tiempo de alegría, luces y colores. Los niños viven con ilusión la llegada de Papá Noel y de los Reyes Magos y los no tan niños disfrutan viéndoles a ellos.
También es tiempo de añoranza por aquellos seres queridos que ya no están con nosotros, aunque siempre seguirán en nuestro corazón mientras los recordemos. Nos cuidan desde donde están y la tristeza y el amor se dan la mano.
Disfrutemos de las luces, del bullicio, de las castañas asadas, del caos navideño,de los pequeños detalles que nos rodean, al fin y al cabo ¡sólo sucede una vez al año!
Comamos turrones, truchas, y mantengamos las tradiciones que nos hagan sentir bien.
Cuidemos a nuestros mayores porque para ellos es una época de nostalgia y ayudémosles a ver la alegría del día a día.
Cantemos villancicos, juguemos a la lotería, oremos, demos las gracias por un nuevo año. Sorprendamos a las personas que apreciamos.
Plantemos las semillas del amor, de dar y recibir, de perdonar y dejar pasar.
Soñemos con un mundo mejor .
Empecemos hoy, porque hoy es nuestro día. Hoy es nuestra vida.
¡Feliz Navidad llena de risas, amor y alegría!