domingo, 16 de marzo de 2014

miradas















No es tan malo como dicen. Me ven  y no me ven como me veo yo. Ven a alguien parecida a mi y no saben muy bien cómo tratarme. Me muevo como dentro de una burbuja. Aliviada y en cierta forma feliz. No es tan malo como parece. La única que me ve con mi misma mirada es ella. No me sorprende. 
Me inquieto, algo está pasando. Me estoy quemando. 
La burbuja ha desaparecido. 
Mientras marchito, gritamos las dos.

jueves, 12 de julio de 2012

viaje

A veces no sabes que has iniciado un viaje hasta que estás en medio del mismo. Sabías que tenías que ir sola, aunque no era un tenía, era un quería inconsciente. Este viaje es mío. Y tenía miedo de hacerlo, ahora lo siento. Me impide respirar, me atenaza la garganta.
Respiro hondo, me centro en mi misma.
Tranquila, todo está bien.
¿Qué sentirán las orugas cuando se están convirtiendo en mariposa?
¿Sentirán este miedo a lo desconocido? ¿Creerán que se están muriendo? Es posible. Quizás el dolor está unido al crecimiento, a la transformación. Un dolor positivo.
Requiere esfuerzo, determinación, visión de futuro y fe.
Prefiero saltar al vacío que sentirme como me siento ahora. Esta transformación no la he empezado ahora, aunque crea que sí. Llevo ya un tiempo en ella. Quiero desprenderme de esta envoltura que me aprisiona. Y al mismo tiempo me aferro a ella. Ya la conozco, me ha llegado a gustar, me da pena dejarla. En otro tiempo me quedaba bien, o eso creía, conseguí adaptarme a ella.
Ahora es algo pegajoso que ha perdido su brillo y entre cuyos pliegues me enredo y me pierdo. Sé que el momento ha llegado. Ya tengo el valor suficiente.
Me subo a la roca, miro al abismo, respiro hondo y me echo a volar.

martes, 13 de marzo de 2012

Semillas


Sigo plantando semillas,
semillas de esperanza, de valor, de fe, de ilusión,
de crear lazos, de mantener los que ya tengo,
de buscar en mi interior y de comunicarme con el exterior,
de bienestar, de alegría, de serenidad,
de confianza, de felicidad,
de amor.

lunes, 31 de octubre de 2011

Genera un deseo

Nosotros celebramos el amigo invisible. Por nosotros quiero decir los adultos de mi familia, los que ya hace  unos cuantos años que cumplimos la mayoría de edad. A estas alturas sabemos a quién vamos a regalar. Ya hicimos el sorteo. Ahora me toca escribir una lista con los regalos que me gustaría pedir, como una carta a los Reyes Magos. Una vuelta a la infancia, a la incertidumbre y a la ilusión.
Me resulta complicado hacer la lista. No sé qué poner. De repente caigo en la cuenta de que me resulta difícil genera un deseo. Cuando generas un deseo tomas una decisión.
¿Qué quiero? ¿Qué quiero realmente con el corazón? 


Y no sólo me refiero a los regalos del amigo invisible.

viernes, 7 de octubre de 2011

Mi cabeza es mi casa

Me gustan las cajas. Siento una especial predilección por ellas, comparable incluso al hecho de coleccionar búhos.
La idea de tener un mueble con cajoncitos pequeños donde poner cosas me resulta fascinante.
Me lo imagino de muchos colores, lila, verde, fucsia, amarillo, azul....y con pomos de formas variadas, redondos, plateados,  negros o de colorines.
En cada uno de los cajoncitos pondría algo diferente. En uno de ellos estarían las preocupaciones, en otro, proyectos que quiero realizar, en otro, cosas que tengo que hacer, en otro, miedos de todo tipo, en otro, besos, abrazos y caricias que quiero dar y recibir, y así se me ocurren muchas "cositas" para meter en los cajones.
Lo fantástico sería que pudiera abrir uno de ellos, por ejemplo, el de las preocupaciones y dedicarme a él, ver lo que tengo, darle la vuelta, sentirlo y cuando ya tenga suficiente ponerlo todo de nuevo de vuelta en el cajoncito y cerrarlo y que se quede todo dentro. Y después abrir otro cajón, el dedicado a las canciones que me gustan, por ejemplo, y escucharlas y bailarlas, cantarlas o cualquier cosa que se me ocurra, disfrutar el contenido sabiendo que el del anterior, el de las preocupaciones, no se está saliendo porque el cajón esté atiborrado o mal cerrado. De eso me encargo yo. Limpieza de primavera. Quiero un mueble bien compartimentado. Que cierren bien los cajones y que sean misteriosamente mágicos. Que sea sólido y a la vez ligero, fácil de limpiar por dentro y por fuera, una pieza única y original que lleve siempre conmigo.