
Pienso cosas como "ya le he repetido ésto muchas veces, debería saber cómo hacerlo, o cómo reaccionar o qué decir en este momento concreto"
Pero no, no pasa.
Puedo repetir una conducta, que ha tenido una respuesta adecuada en una o varias ocasiones y ya doy por sentado que esa persona reaccionará de la misma forma la siguiente vez. Y no. No sucede.
Y me sorprendo e incluso me molesta.
Y no tengo motivos para hacerlo porque las personas no actúan como yo quisiera que actuaran.Tienen vida propia y no son adivinos. Lo que no se dice no existe. Sólo está en mi mente.
Y lo mismo sucede con los demás. Debería poder leer la mente de mis personas queridas y complacer sus deseos y necesidades y resulta que yo tampoco soy adivina. Ni bruja ni hada madrina.
Si no me dices qué te molesta o por qué estas triste o nerviosa o necesitando una determinada reacción por mi parte, no lo sabré y tú te quedarás no sólo con esa emoción que ya sentías sino con la frustración añadida de no sentirte comprendida. Y yo no me daré cuenta de lo que necesitas y me sentiré impotente.
Dos personas frustradas porque no se ha dicho esa frase mágica que abre la puerta a la oportunidad de que te ayuden.