Genera un deseo

Nosotros celebramos el amigo invisible. Por nosotros quiero decir los adultos de mi familia, los que ya hace  unos cuantos años que cumplimos la mayoría de edad. A estas alturas sabemos a quién vamos a regalar. Ya hicimos el sorteo. Ahora me toca escribir una lista con los regalos que me gustaría pedir, como una carta a los Reyes Magos. Una vuelta a la infancia, a la incertidumbre y a la ilusión.

Me resulta complicado hacer la lista. No sé qué poner. De repente caigo en la cuenta de que me resulta difícil genera un deseo. Cuando generas un deseo tomas una decisión.

¿Qué quiero? ¿Qué quiero realmente con el corazón? 

Y no sólo me refiero a los regalos del amigo invisible.

Mi cabeza es mi casa

Me gustan las cajas. Siento una especial predilección por ellas, comparable incluso al hecho de coleccionar búhos.

La idea de tener un mueble con cajoncitos pequeños donde poner cosas me resulta fascinante.

Me lo imagino de muchos colores, lila, verde, fucsia, amarillo, azul....y con pomos de formas variadas, redondos, plateados,  negros o de colorines.

En cada uno de los cajoncitos pondría algo diferente. En uno de ellos estarían las preocupaciones, en otro, proyectos que quiero realizar, en otro, cosas que tengo que hacer, en otro, miedos de todo tipo, en otro, besos, abrazos y caricias que quiero dar y recibir, y así se me ocurren muchas "cositas" para meter en los cajones.

Lo fantástico sería que pudiera abrir uno de ellos, por ejemplo, el de las preocupaciones y dedicarme a él, ver lo que tengo, darle la vuelta, sentirlo y cuando ya tenga suficiente ponerlo todo de nuevo de vuelta en el cajoncito y cerrarlo y que se quede todo dentro. Y después abrir otro cajón, el dedicado a las canciones que me gustan, por ejemplo, y escucharlas y bailarlas, cantarlas o cualquier cosa que se me ocurra, disfrutar el contenido sabiendo que el del anterior, el de las preocupaciones, no se está saliendo porque el cajón esté atiborrado o mal cerrado. De eso me encargo yo. Limpieza de primavera. Quiero un mueble bien compartimentado. Que cierren bien los cajones y que sean misteriosamente mágicos. Que sea sólido y a la vez ligero, fácil de limpiar por dentro y por fuera, una pieza única y original que lleve siempre conmigo.

Autumn

Ayer me majé un dedo. Y bien majado. Nada hacía presagiar tal acontecimiento. A veces, las pocas, ves venir los accidentes, pero la mayoría no. Fue una tontería. Y vaya si me duele. Ahora mismo está latiendo que da gusto. Espero que el Universo se entere. Ya tengo el cupo de este año.

Hace dos me rompí la rodilla cruzando un paso de peatones. El año pasado fue la nariz la que se rompió, y estuve una temporada viendo el mundo con otros ojos, ya que no podía ponerme las gafas.

La entrada del otoño trae la caída de las hojas, y en mi caso debo ser un árbol caduco, pues todo ha ocurrido en esta época. No me considero  una persona supersticiosa, pero tenía una cosilla en el estómago, un desasosiego, preguntándome si me tocaría este año romperme algo. Pues ya está. Me quedo tranquila.

El fantasma pasó por mi lado y sólo me rozó un dedo. El dedo corazón. El de la mano izquierda. Todo un simbolismo si lo quiero interpretar así.

Me lloran los ojos

Me lloran los ojos.

Lágrimas de impotencia, de dolor, de tristeza.Es como una fuente a la que no se le agotara el agua.

Empiezan de repente a brotar y no sé cómo pararlas.

Me agobia, me ahogo, me agoto.

A veces empiezan a caer sin más, rodando silenciosas por mis mejillas.Otras, son lagrimones gordos y calientes que caen en mi regazo.

Las veo caer, impotente. Me pregunto por qué y no encuentro respuesta.

Me siguen a todas partes. Me levanto, voy a otra habitación, camino un rato y siguen ahí.

He descubierto que son algo tímidas y me aprovecho de ello.No les gusta estar en público, que me distraiga con otras cosas y son tremendamente egoístas, pues cuando aparecen quieren que toda mi energía esté con ellas.

Tengo suerte de tenerte a ti

que me quieres, que me escuchas, que me preparas una infusión, que me das un masaje, que me acompañas, que me haces reír, que me cuentas una historia, que me cuentas un chiste, que rezas por mi, que me cuidas, que estás ahí.

Gracias.

seize the moment

Quizás sea ese uno de los trucos para vivir.

Seize the moment.

Instante.

Me deleito en la palabra. La deletreo i-n-s-t-a-n-t-e . El tiempo ya no corre ni a mi favor ni en mi contra. Se amolda a mi. Vamos al unísono. Me olvido del mañana, del pasado, del después. Ahora estoy con este instante. Golosa, saboreo cada letra con fruición.

tristeza

Se enrosca en mi pelo
como cada año
como las cigüeñas
a hacer su nido.

pase lo que pase

grieta

There is a crack, a crack in everything.       Hay una grieta en cada cosa.
That´s how the light gets in.                          Así es como la luz nos llega.
Leonard Cohen

RANITAS EN LA NATA

lágrimas

Déjame llorar, mi niña
déjame llorar.
Ya sé que no te gustan,
ya sé que te dan miedo
que te pones triste y
no lo entiendes.
Déjame llorar,  mi niña
que al acabar mi llanto
me siento renovada, purificada
preparada para seguir viviendo.

hoy es un nuevo día.......

ola

Soy una ola.

Navego por el mar buscando otras olas. Si soy una ola y estoy en el mar, debe de haber más olas aquí afuera. ¿Por qué no las veo? ¿Será que soy una ola demasiado chiquitita y no me ven las demás ? ¿o seré una ola demasiado grande y no me doy cuenta cuando pasan otras olitas a mi lado?

Me gusta estar así, meciéndome al sol, disfrutando sin preocuparme a dónde voy a ir hoy, a qué orilla me acercaré. Riéndome con los pececillos que juegan a la cogida, hablando con la tortuga de su último viaje .... y me gustaría encontrarme con otra ola para acompañarla un ratito y hacernos amigas.

Sé que hay más olas. El mar es demasiado grande para mi sola. Quizás tenga hoy suerte y me tropiece con alguna.

Se levanta la brisa peinándome caracolillos de espuma.

hilos

Deliberadamente corto
los hilos que me unen a ti.
Hilos invisibles, retorcidos,

salen de mi cuerpo como filamentos pegajosos.
Al igual que los girasoles se giran hacia el sol
ellos se giran hacia ti.
Pero donde antes había luz, ahora hay negrura.
Ya no me preocupa desenredarlos.
Las tijeras se mueven deprisa rasgando el aire,

cortando los hilos que nos unían.
Quiero deshacerme de esta cárcel invisible.
Los arranco de cuajo

y los dejo caer al vacío.

rompecabezas

La vida es como un rompecabezas. Cuando alguien te regala uno, suele tener una imagen de un paisaje, una obre de arte, un animal, etc.. Los motivos son variados y el número de piezas también. Los hay fáciles y los hay complicados. Pequeños, medianos o grandes y todos suponen un reto. Todos parecen decir a ver si puedes conmigo, a ver si puedes poner todas las piezas en su lugar...

Para mi la vida es un rompecabezas, con la particularidad de que no tienes el dibujo. No sabes qué es lo que tienes que recomponer. Las fichas por detrás no te dan ninguna pista, no tienen números, ni marcas, ni colores. Es decir, tienes las piezas de un rompecabezas sin las instrucciones, sin el dibujo y sin pistas que seguir. Y, poco a poco , voy encajando las piezas...

dejar ir

Llega un momento en el que tenemos que dejar ir, una relación, una persona, un recuerdo. Al menos para mi. Quizás sea porque no quiero pasarme la vida amargada, porque quiero quedarme con lo bueno que hemos compartido. Cuando una relación deja de aportarte cosas positivas y pasa a ser una carga, debemos dejarla partir. Y no sólo me refiero a una relación amorosa, lo mismo sucede con un amigo, con un familiar o con alguien con el que compartes parte de tu tiempo, tu vida. No me puedo permitir el lujo de cargar con esas personas. Lo veré como una lección, hay cosas que no queremos que suceden, pero que hay que aceptar, cosas que no queremos saber, pero que hay que aprender y personas sin las que no podemos vivir pero a las que hay que dejar.