Me sigue sorprendiendo q en un mismo día se concentren tantas sensaciones diferentes. Me levanto y espero algunas, por ejemplo, hoy, mi primer día de rehabilitación, iba con un poquito de miedo, te repiten q la rehabilitación cuesta, q duele, y claro, así estaba yo, q antes de entrar me fui a tomar un cafecito, por eso de darme ánimos. Y eso q no debería tenerle miedo al dolor teniendo fibromialgia, aunque quizás por eso lo tenga, no tiene mucho sentido, pero es así. Cuando convives con algo invisible para los demás pero tan presente para ti lo q menos le apetece a una es q aumente, por mucho bien q le vaya a hacer a mi pierna. Además te van dando señales de q ésto sólo es el principio, “ya verás, mi niña, cuando empecemos con los ejercicios más fuertes” y ahí me ves a mí con cara de circunstancias, y si esa viejecita q está al lado, a la q no paran de subirle y bajarle el brazo y ponérselo en posturas imposibles para una persona “sana” no dice ni pío, ya me dirás q voy a decir yo….
Y luego sales y recibes un mensaje, una llamada y te coge de sorpresa todas las sensaciones q se te vienen juntas encima. El día se aclara llenándose de mariposas de muchos colores. Y dejo q una de ella se pose en mi mano y lo sorprendente me sorprende. Y aunque sé q durará un instante, me sumerjo en ellas, sabiendo q no sé nadar.
Y luego sales y recibes un mensaje, una llamada y te coge de sorpresa todas las sensaciones q se te vienen juntas encima. El día se aclara llenándose de mariposas de muchos colores. Y dejo q una de ella se pose en mi mano y lo sorprendente me sorprende. Y aunque sé q durará un instante, me sumerjo en ellas, sabiendo q no sé nadar.